Si en el huerto hay un estanque o está atravesado por una corriente de agua vale la pena considerar la posibilidad de criar patos. Proporcionan huevos y carne. Los primeros son deliciosos siempre que no hayan estado en agua sucia o en barro, y hay razas como la Khaki y la Campbell que son más ponedoras que las gallinas. Es cruel y artificial mantener a los patos alejados de agua en donde puedan nadar. La del estanque debe estar limpia y hay que cambiarla de vez en cuando.
Con un macho y seis hembras en el fondo del huerto, las segundas pondrán huevos y los incubarán. Estando bien organizado es posible tener un suministro constante de carne y huevos. De todas maneras las patas son muy malas madres. Hay que encerrarlas, aunque se deje libres a los pati­tos para que corran y puedan volver con ellas, pues de lo contrario arrastrarán a su pollada por el barro y la hierba húmeda debilitándolos y llegando a matarlos.
Las gallinas incuban sus huevos mucho mejor que las patas por lo que conviene darle a una de aquéllas los huevos fértiles de pata para que los incube. Por lo demás, a los recién nacidos se los trata igual que a los pollitos.
Es posible asimismo empollar los huevos de pato en incu­badora. En este caso debe mantenerse a los patitos a 34 °C durante la primera semana, bajar de modo gradual la tempe­ratura hasta los 10 °C durante la segunda y no dejar nunca que se enfríen. Al cabo de una quincena se los suelta al aire libre aunque brindándoles un refugio caliente y oportunidad de resguardarse del sol.
Los huevos de pato tardan 28 días en incubar. A los pati­tos recién nacidos se los alimenta de cuatro a cinco veces al día con una pasta a base de harina de cereales, a ser posible cebada, y leche, a la que se incorpora un huevo duro picado. Al cabo de tres o cuatro días se reduce el número de comidas pero no la cantidad total de alimento. Se suprime el huevo y si se quiere se añade pienso granulado comprado y un poco de grano en lugar o además de la pasta. Les sientan asi­mismo bien los restos de la cocina hervidos o patatas y ver­duras cocidas. Los patos son omnívoros por lo que se les pueden dar restos de carne o de pescado.
A las aves adultas se les da la misma dieta que a las galli­nas pero no hay que dejarlas engordar demasiado o no criarán. Los patos necesitan agua limpia en abundancia en todo momento.
A los animales para carne se los sacrifica cuando tienen entre ocho semanas y media y diez, ni antes ni después. Para ese tiempo habrán consumido 9 kg de pienso y su peso será de 1.5 kg.